La guarda cuidadosa
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ISBN rústica: 9788498163766
La guarda cuidadosa es una obra autobiográfica, siendo el Soldado el personaje que representa a Miguel de Cervantes Saavedra juvenil e idealista. Las ostentaciones extravagantes e irreales del personaje se contradicen con su ausencia de espíritu patriótico. Esta carencia lo lleva a esperar premios y recompensas por un ficticio servicio militar heroico y valeroso.
Sus amenazas, ampulosas y excesivas, muestran su miedo, y son proferidas en circunstancias que garantizan la imposibilidad de un enfrentamiento. Su actitud recuerda a la de otros personajes de la literatura picaresca. Sus versos son ridículos y de escasa calidad.
La declaración del Soldado como poeta famoso, remite a Lope de Vega, quien se alistó en el ejército por motivos personales. Luego, a su vuelta, magnificó sus obras y hazañas. También se destaca su afán por pasar como caballero de clase social más elevada. Miguel de Cervantes parece relatar los detalles más embarazosos de la desastrosas relaciones amorosas de Lope de Vega.
La guarda cuidadosa parodia la actitud Lope hacia sus amantes. Él mismo lo hizo pública, y ganó las burlas de sus enemigos, entre otros las de Cervantes.
La guarda cuidadosa
Soldado Famoso, y agora lo verá; estéme atento.
«Chinelas de mis entrañas, glosa.»Es Amor tan gran tirano,
que, olvidado de la fe
que le guardo siempre en vano,
hoy, con la funda de un pie,
da a mi esperanza de mano.
Éstas son vuestras hazañas,
fundas pequeñas y hurañas;
que ya mi alma imagina
que sois, por ser de Cristina,
chinelas de mis entrañas.Zapatero A mí poco se me entiende de trovas; pero éstas me han sonado tan bien, que me parecen de Lope, como lo son todas las cosas que son o parecen buenas.
Soldado Pues, señor, ya que no lleva remedio de fiarme estas chinelas, que no fuera mucho, y más sobre tan «dulces prendas, por mi mal halladas», llévelo, a lo menos, de que vuesa merced me las guarde hasta desde aquí a dos días, que yo vaya por ellas; y por ahora, digo, por esta vez, el señor zapatero no ha de ver ni hablar a Cristina.
Zapatero Yo haré lo que me manda el señor soldado, porque se me trasluce de qué pies cojea, que son dos: el de la necesidad y el de los celos.
Soldado Ése no es ingenio de zapatero, sino de colegial trilingüe.
Zapatero ¡Oh, celos, celos, cuán mejor os llamaran duelos, duelos!
[Vase] el Zapatero.
Soldado No, sino no seáis guarda, y guarda cuidadosa, y veréis cómo se os entran mosquitos en la cueva donde está el licor de vuestro contento. Pero, ¿qué voz es ésta? Sin duda es la de mi Cristina, que se desenfada cantando, cuando barre o friega.
Fragmento de la obra