El cavallero Zifar

3.00

Categoría: Etiqueta:

El cavallero Zifar abre con un prólogo histórico, donde se nombra a Ferrand Martínez, el cual pudo ser añadido posteriormente, ya que enlaza un tanto forzadamente con la acción y la fábula principal. El personaje de Zifar representa los valores de un caballero medieval, y en éste caso se le dota de una paciencia de Job ante todas las adversidades que ha de afrontar. 
Las ideas caballerescas de honor, justicia y fidelidad están muy presentes en todo el relato; es fascinante la fábula inserta al principio en la que narra cómo un padre pone una prueba a su hijo para que éste aprenda a diferenciar a los falsos amigos de los fieles y ciertos, episodio de sentido semejante a otro en que dará una larga lección a sus hijos sobre cómo deben ser los buenos príncipes y gobernantes.
El caballero, su esposa Grima y sus dos hijos, Garfín y Roboán, son de linaje real, pero viven en la pobreza (Zifar es descendiente de un tal rey Tared, quien perdió su reino por sus malas costumbres).
Por ello, Zifar propone a su mujer que, como caballero, ha de partir a buscar fortuna a la India, de donde se supone son originarios (aunque la explicación geográfica es ciertamente confusa, y bien podría tratarse de un reino del norte de África o de Asia Menor).
Así se inician una serie de episodios caballerescos y digresiones didácticas, con diálogos directos, sencillos y fascinantes, en los que Zifar deshace entuertos y va ganando adeptos nobles y poderosos. Pero a la familia también le acontecen simultáneamente enormes desgracias:

  • Garfín es raptado por una leona,
  • Roboán se extravía
  • y Grima es secuestrada con engaños por unos navegantes piratas.

El cavallero Zifar encuentra ya solo en una ermita al Ribaldo, el escudero que le seguirá en sus aventuras. Éstas le conducirán a casarse con la hija, aún infanta, de un rey, matrimonio que no se consuma gracias a algunas argucias del héroe. De manera inesperada, toda la familia vuelve a reunirse en dicho reino (no sin algunos equívocos), la segunda esposa muere y aquellos se disponen a reinar.
Roboán inicia después sus propias aventuras caballerescas, que imitan en parte a las del padre, por tierras del Tigris y el Éufrates.
Tras otras muchas fantásticas peripecias, y convertido Roboán en rey del país de Tirguida, toda la familia se reúne felizmente en el monasterio de los Santos Espíritus, fundado en el lugar donde estaba la ermita en la que Zifar conoció al escudero.