Filipinas dentro de cien años
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ISBN rústica: 9788498167054
Filipinas dentro de cien años es un ensayo que muestra la visión de José Rizal sobre el futuro de su país y su llamado a la unidad, la educación y el progreso. Esta obra muestra el pensamiento y las ideas de Rizal como líder nacionalista, y es un documento fundamental para comprender la lucha por la independencia de Filipinas.
Filipinas dentro de cien años empieza con un repaso a la historia de Filipinas, haciendo hincapié en la destrucción de la cultura y los valores nativos tras la conquista española. Al observar los desarrollos sociopolíticos de otras colonias españolas en Hispanoamérica, Rizal concluye que Filipinas permanecerá bajo dominio español solamente si a los filipinos se les concede algún derecho democrático, como la libertad de expresión y la representación en Cortes.
Rizal rechaza los argumentos contrarios a la reforma, advirtiendo que el cambio tardío y obligado por el pueblo será violento, mientras que un cambio a tiempo, impulsado por las altas instancias, será pacífico. También subraya que aunque los filipinos tienen cosas que agradecer a España, no se puede pretender que renuncien a sus legítimas aspiraciones de independencia.
En Filipinas dentro de cien años José Rizal también vaticina el rechazo de los filipinos a la posibilidad de caer bajo soberanía americana.
«Siguiendo nuestra costumbre de abordar de frente las más arduas y delicadas cuestiones que se relacionan con Filipinas, sin importarnos nada las consecuencias que nuestra franqueza nos pudiera ocasionar, vamos en el presente artículo a tratar de su porvenir.
Fragmento de la obra
Para leer en el destino de los pueblos, es menester abrir el libro de su pasado. El pasado de Filipinas se reduce en grandes rasgos a lo que sigue:
Incorporadas apenas a la Corona Española, tuvieron que sostener con su sangre y con los esfuerzos de sus hijos las guerras y las ambiciones conquistadoras del pueblo español, y en estas luchas, en esa crisis terrible de los pueblos cuando cambian de gobierno, de leyes, de usos, costumbres, religión y creencias, las Filipinas se despoblaron, empobrecieron y atrasaron, sorprendidas en su metamorfosis, sin confianza ya en su pasado, sin fe aun en su presente y sin ninguna lisonjera esperanza en los venideros días. Los antiguos señores, que solo habían tratado de conquistarse el temor y la sumisión de sus súbditos, por ellos acostumbrados a la servidumbre, cayeron como las hojas de un árbol seco, y el pueblo, que no les tenía ni amor ni conocía lo que era libertad, cambió fácilmente de amo, esperando tal vez ganar algo en la novedad.»