Progne y Filomena
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ISBN tapa dura: 9788499536293
ISBN rústica: 9788498162363
Progne y Filomena. Francisco de Rojas Zorrilla
Jornada primera
(Sale Filomena llorando y Hipólito.)
Hipólito: Deja el llanto, Filomena,
que si es alivio, es rigor
que por templar un dolor
me causes a mi una pena.
Los ojos tuyos serena,
no los quiera tu piedad
aplaudir con vanidad
de cielos en tus desvelos,
que para ver que son cielos
les sobra la tempestad.
No bien destilado exhales
aljófar de más valor:
si el llanto es señal de amor,
no derrames las señales;
comunícame tus males,
sea el dolor repartido,
al paso que fue sentido;
y si con fuego veloz
hiere tu pena a mi voz,
hiera tu voz a mi oído.
Cuando a los ojos prefieres
tanto dolor reprimido,
¿Lloras porque me has querido
o lloras porque me quieres?
que es condición de mujeres
no ser constantes infiero,
yo, pues que a tus rayos muero,
una pregunto y mil veces,
¿Lloras porque me aborreces,
o por qué?Filomena: Porque te quiero;
¿Cómo, di, puedes dudar
lo que en mi llegas a ver?
¿Quién llora de aborrecer,
y quién no llora de amar?
tu sospecha he de culpar,
y que propongas me espanto
tanta duda, dolor tanto
en quien llora y quien suspira;
porque el oído arguye ira,
y el amor supone llanto.Hipólito: Aunque creerte es preciso,
por lo que arguyendo estás,
suele aborrecerse mas
aquello que antes se quiso;
sirva de ejemplo o de aviso
lo contrario, pues he hallado
del amar disciplinado,
que suele ser más querido
aquel que antes fue admitido
que aquel que solo fue amado.Filomena: No creas tan grave error,
que no se aposenta, siento,
bien el aborrecimiento
a donde vivió el amor.
Si aún es la ceniza actor,
si aquel fuego es inmortal,
no admitas ejemplo tal
a una llama repetida,
porque es amor una herida
que siempre deja señal.Hipólito: Filomena, envía ahora
con equívoco arrebol,
supuesto que tú eres Sol,
el llanto para la aurora;
dime, ¿qué tienes, Señora?Filomena: No entenderás mis enojos,
que son en estos despojos
tan honestos mis agravios
que al decirlos por los labios
se han de salir por los ojos.Hipólito: Ciego es mi amor, mas no tanto
Fragmento de la obra
que se pasase a ser rudo;
yo las entiendo, aunque es mudo,
las señas que hace tu llanto;
habla, explícame este encanto.