Memorias geográficas sobre Sudamérica
€3.00
ISBN rústica: 9788499533414
Memorias geográficas sobre Sudamérica contiene textos de los siguientes autores:
- José Sourryere de Souillac
- Pedro de Angelis
- Francisco de Viedma
- Gonzalo de Doblas
- Pedro Andrés García
- Sebastián Undiano y Gastelu
- Ambrosio Cramer
Este ensayo debe mirarse con indulgencia, por ser el programa de una obra más extensa, que emprendió el autor cuando fue a incorporarse a la Tercera División de límites, de la que era el primer astrónomo. Su espíritu metódico y laborioso le había acostumbrado a no descuidar ningún detalle, y a registrarlos con fidelidad en sus libros de memoria. Hacia lo que Rousseau recomendaba a su Emilio, y lo que un escritor moderno quisiera que todos hiciesen, considerándolo como un instrumento general de educación y perfeccionamiento.
Pedro de Angelis
Los mayores defectos de este trabajo son de haber quedado incompleto, y de tratar de la parte más conocida de las provincias argentinas. Ignoramos si el autor lo continuó hasta Santa Cruz de la Sierra: el cuaderno original de que nos hemos valido no contiene más de lo que hemos publicado, y nos parece probable que sea todo cuanto existe de este itinerario.
A pesar de su estado de imperfección no nos hemos animado a desecharlo. Profesamos el principio de la publicidad en el sentido más lato, porque los estragos que ha ocasionado el sistema contrario nos han convencido, que más vale exponerse a la censura de unos pocos lectores apáticos, que descontentar a los curiosos para quienes nada es indiferente. En un país donde los estudios geográficos están aun en su infancia, no son de desdeñarse los primeros pasos cuando son acertados, y tales nos parecen los de Souillac. Sus escritos no deslumbran por trozos exquisitos de erudición o elocuencia: no es un retor ni un filólogo él que habla; ni se espere tampoco hallar en ellos lo que la moderna escuela romántica llama cuadros y impresiones. La sencillez es su carácter distintivo, y para nosotros esta sencillez es un mérito, porque aun no ha llegado el tiempo de entregarnos a los viajeros sentimentales. Lo que más importa es reunir hechos para rectificar conjeturas, sacar el país de la oscuridad en que yace, y delinear su fisonomía actual para que sirva de término de comparación a sus progresos ulteriores. Estos trabajos, cuando se ejecutan con inteligencia, son como los cimientos, en que se requiere más solidez que elegancia. «Los itinerarios, dice oportunamente Buache, se han mirado siempre como uno de los fundamentos de la geografía, por ser los primeros elementos de que se hace uso para establecer la posición de los lugares, y los que pueden emplearse con más confianza, después de las observaciones astronómicas y las operaciones geométricas: son además los que pueden obtenerse en mayor número, y con más facilidad.» ¡Y efectivamente cuanta luz no ha derramado sobre la geografía antigua de Europa el Itinerario del emperador Antonino, que no es más que una árida nomenclatura de poblaciones! Al menos el de Souillac contiene algunos datos científicos, que sobre ser importantes, porque fijan la latitud de Buenos Aires y Córdoba, acreditan el esmero con que los encargados de la última demarcación de límites procedían en estos reconocimientos.