Martes de Carnaval

Bajo el título de Martes de Carnaval, Ramón del Valle-Inclán reúne tres esperpentos: «Las galas del difunto», «Los cuernos de don Friolera» y «La hija del capitán». Estas tres piezas teatrales adquieren un nuevo significado al ser vistas como una visión que abarca veinticinco años de la vida española. En este cuadro escénico, vemos una presentación grotesca y exagerada de figuras históricas de la sociedad ibérica de principios del siglo XX.
Valle-Inclán utiliza el concepto de esperpento para retratar, a través de esta técnica, los vicios y defectos de la sociedad española de su tiempo, mostrando su decadencia, hipocresía y falta de conciencia.
En Martes de Carnaval, Valle-Inclán nos sumerge en un mundo surrealista y simbólico, donde los personajes se ven arrastrados por sus pasiones, ambiciones y obsesiones. La obra presenta un lenguaje provocador y una estructura dramática no convencional, rompiendo con las formas tradicionales del teatro.
Con esta trilogía de esperpentos, Valle-Inclán hizo una crítica social mordaz y una reflexión profunda sobre la condición humana, utilizando el carnaval como metáfora de la vida y la realidad española de la época. Martes de Carnaval se destaca como una obra innovadora y provocadora que ha dejado una huella duradera en el teatro español.