Las impuras
€3.00 – €36.00
ISBN rústica ilustrada: 9788490075463
ISBN tapa dura: 9788499533230
ISBN rústica tipográfica: 9788499539935
Nadie como el novelista Miguel del Carrión (1875-1929) para describir el universo femenino y demostrar un conocimiento inusual de la psicología, los conflictos de la mujer y una perspicaz disección de la sociedad cubana. Particularmente en las novelas Las honradas (1917) y Las impuras (1919), donde sus protagonistas femeninas arrastradas por la pasión amorosa revelan un universo de contradicciones sociales, al tiempo que encarnan dos paradigmas: la «burguesa honrada» y la «pobre impura».
No en vano la aparición de Las honradas conmocionó a la sociedad habanera de su época y Las impuras estuvo durante varios años prohibida para las castas solteras, hasta alcanzar reconocimiento y convertirse en una de las obras literarias más exitosas, con numerosas ediciones, versiones teatrales y televisivas.
Algunos críticos han defendido que Las impuras sea continuación de Las honradas porque retoma varios personajes y situaciones de la primera, aunque cada pieza presenta independencia argumental y cumple diferente objetivo.
Las Impuras, tanto por su tema como por las locaciones y personajes, está muy emparentada con Las Honradas. Sin embargo Teresa, la protagonista de Las Impuras, representa la más desgarrada sumisión al ser masculino, incluso por sobre las convenciones sociales, apisonada en su individualidad por el hermano y el amante.
Teresa, pese a su rectitud moral y al estoicismo con que asume su liberación, aplastada por la intransigencia de su hermano y de su amante, es vencida por un mundo al que renunció para dar cauces a un amor «ilícito», que la condena y empuja a prostituirse.
En Las impuras Miguel de Carrión esboza un cuadro de la vida galante habanera en su tercer lustro de existencia republicana con inferencias que penetran asaz hondamente el substrato de la impresión superficial. Hay atisbos que evocan la Naná de Zola y las Escenas de la vida bohemia de Murger, pero se adivinan las repercusiones de la promiscuidad de los estudiantes con elementos del hampa y la prostitución. En efecto, no cabe duda de que las consecuencias de este temprano contacto con un medio crapuloso, por falta de casas adecuadas o dormitorios universitarios habrían de manifestarse más tarde en esos futuros profesionales llegados del campo. Su prematuro involucramiento en la política, por aquel entonces ya corrompida hasta el tuétano, con ausencia total de un partido sano o de ideología bien definida, debió afectar, asimismo, la mentalidad de aquellos jóvenes, muchos de los cuales estaban llamados a dirigir el país. Una cosa es el ambiente de las grandes ciudades universitarias europeas y muy otra el relajamiento moral que conocían nuestros estudiantes, contaminados del derrotismo oportunista que se había adueñado de sus padres tras la frustración inicial de la república.
Marcelo Pogolotti
Como sucede en las novelas de Carlos Loveira y Cabrera, la identidad entre algunos protagonistas y conocidas personalidades reales es claramente perceptible. Entre ellas se destaca la extravagante cortesana Carmela, derrochadora impenitente «que había sido casada y tenía, antes de entrar de lleno en el torbellino de la vida galante, cierto refinamiento de modales y de gustos». Son asimismo significativas estas otras palabras de Carrión: «En La Habana es difícil que una mujer galante pueda vivir de las liberalidades de un solo hombre. Nuestros ricos son tacaños, como si conservaran todavía en esto la tradición de sus venerables antepasados, los tenderos y los almacenistas de tasajo, que a duras penas amasaron sus fortunas. La gran riqueza patrimonial no existe ya, y la de los políticos, enriquecidos por el fraude es demasiado reciente para que pueda pesar en un balance de nuestras costumbres nacionales».