La esclava de su galán

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ISBN rústica: 9788498168303


La esclava de su galán, cuya fecha de composición más probable se sitúa hacia 1626. Pertenece al ciclo lopesco de las comedias de capa y espada ambientadas en Sevilla.
Lope de Vega es uno de los autores más prolíficos del Siglo de Oro español, que alcanza una de las metas más deseadas de los artistas de todas las épocas: la edificación de un teatro auténticamente nacional y popular. Un teatro que supo ser testigo de su tiempo. Ademas de hacerse eco del sentir y el pensar, el saber y el querer del público, que era el pueblo.
La esclava de su galán está en la línea de las comedias famosas del Siglo de Oro Español. Narra un malentendido amoroso a causa de celos que acabará por provocar varias situaciones humorísticas y de enredo. 
Elena y Juan son dos jóvenes enamorados. El amor peligra porque don Fernando, padre de Juan, quiere que este tome los hábitos para heredar su hacienda, lo que le impide poder casarse con ella. Para evitar perder al joven, Elena traza un plan: se hace pasar por una esclava en casa de su galán.

Jornada primera

(Salen Doña Elena, dama, y Don Juan, estudiante.)

Doña Elena: Esto se acabó, don Juan.

Don Juan: No es ese lenguaje tuyo,
y de ese término arguyo
que mal consejo te dan.

Doña Elena: Eso de argüir es bueno 5
para escuelas.

Don Juan: Novedad.
Elena, tu voluntad
sin argumentos condeno.

Doña Elena: Confieso que la he tenido.

Don Juan: Qué mala suposición. 10

Doña Elena: Pues yo, don Juan, ¿qué lición,
qué facultad he leído?

Don Juan: Aguardo la consecuencia.

Doña Elena: Habla como para mí.

Don Juan: ¿Qué puedo hablar para ti 15
con tan cansada licencia?

Doña Elena: ¿Quieres que la tome yo
y te diga lo que siento?

Don Juan: Prosigue, que estoy atento.

Doña Elena: ¿Pues has de enojarte?

Don Juan: No. 20

Doña Elena: Yo soy hija, don Juan, de un hombre indiano,
hidalgo montañés, muy bien nacido;
diome su luz el cielo mexicano,
que fue para nacer mi patrio nido.
Mas la fortuna, resistida en vano 25
por sucesos que ya los cubre olvido,
le trujo a España con alguna hacienda,
o persuadido de su amada prenda.
Divídese Sevilla, como sabes,
por este ilustre y caudaloso río; 30
senda de plata, por quien tantas naves
le reconocen feudo y señorío.
Es esta puente de maderos graves,
sin pies que toquen a su centro frío,
mano que las dos partes, divididas 35
por una y otra orilla, tiene asidas.
Hizo elección mi padre de Triana,
patria de algún emperador romano,
para vivir, la causa fue una hermana,
o por no se meter a ciudadano. 40

Fragmento de la obra