La dama boba

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ISBN rústica: 9788496428508


La dama boba relata la historia de Finea, una niña rica que se niega a madurar. Todos a su alrededor la creen tonta. Sin embargo, un día, la supuesta dama boba se enamora de Lorenzo y entonces pone de manifiesto toda su cordura y su sensatez. En esta obra, Lope intenta escenificar una idea filosófica neoplatónica: el amor que educa y refina a las personas.
La dama boba pone de manifiesto el papel de la mujer en la sociedad y las dificultades que tiene para seguir el camino que ella ha elegido; lo cual la vuelve, a pesar del tiempo, increíblemente actual.
Aquí Lope de Vega usa la simplicidad para explorar el tema del amor en sus diferentes facetas, pero simplificando los tipos de personajes y utilizando solo los imprescindibles. Por ejemplo, no habla de otras mujeres que no sean las hermanas y sus respectivas criadas.
Respecto a los hombres, solo incluye a los pretendientes y a un criado por cada uno. A través de cada personaje trata un aspecto diferente del amor.
Cabe finalmente destacar también en esta obra la irónica alusión a Juan Latino.

Jornada primera

(Salen Liseo, caballero, y Turín, lacayo, los dos de camino.)

Liseo: ¡Qué lindas posadas!

Turín: ¡Frescas!

Liseo: ¿No hay calor?

Turín: Chinches y ropa
tienen fama en toda Europa.

Liseo: ¡Famoso lugar en Illescas!
No hay en todos los que miras
quien le iguale.

Turín: Aun si supieses
la causa…

Liseo: ¿Cuál es?

Turín: Dos meses
de guindas y de mentiras.

Liseo: Como aquí, Turín, se juntan
de la corte y de Sevilla,
Andalucía y Castilla,
unos a otros preguntan:
unos de las Indias cuentan,
y otros, con discursos largos
de provisiones y cargos,
cosas que al vulgo alimentan.
¿No tomaste las medidas?

Turín: Una docena tomé.

Liseo: ¿E imágenes?

Turín: Con la fe
que son de España admitidas
por milagrosas en todo
cuanto en cualquiera ocasión
les pide la devoción
y el nombre.

Liseo: Pues, de ese modo,
lleguen las postas, y vamos.

Turín: ¿No has de comer?

Liseo: Aguardar
a que se guise es pensar
que a media noche llegamos;
y un desposado, Turín,
ha de llegar cuando pueda
lucir.

Fragmento de la obra