La azucena milagrosa
€3.00
ISBN rústica: 9788498160611
La azucena milagrosa. Ángel Saavedra. Duque de Rivas
La azucena milagrosa
Dedicado a don José Zorrilla.
Introducción
Si envolviste mi nombre en el perfume
de tu «silvestre», mágica «azucena»,
en donde se compendia y se resume
toda la gala de tu rica vena,
de agradecida mi amistad presume,
y mi voz, aunque ya cascada suena,
el don te ofrece de sabroso cuento,
a quien da otra azucena el argumento.No es contender ni competir contigo,
en quien de Calderón arde la llama;
que solamente admiración abrigo
por tu renombre y brilladora fama,
pues raros hay que desde tiempo antiguo
merezcan como tú la verde rama,
que corona tu sien, claro Zorrilla,
lumbrera del Parnaso de Castilla.¿Ni cómo competir numen helado,
que al Occidente rápido declina,
con el que joven en cenit sentado,
bebe del Sol la inspiración divina?…
Oiga tu acento el orbe entusiasmado
las nubes cruza, entre los astros trina;
mientras tocando el fin de mi viaje,
doy tibia luz a un pálido celaje.Fe santa y verdadero patriotismo
dieron voz a los bélicos clarines,
despertando el valor y el heroísmo
de los nobles hispanos paladines,
para lanzar el torpe mahometismo,
que aún del reino asombraba los confines,
y plantar de Granada en el turbante
la bandera del Gólgota triunfante.Resonó por los ámbitos de España,
que el mar circunda y el Pirene cierra,
conmoviendo hasta la última cabaña,
el santo grito de tan justa guerra.
Y llegó pronto a una feraz campaña,
que en torno abriga de León la sierra,
de Nuño Garcerán antiguo estado,
por sus mayores con valor fundado.Sobre gigante loma que domina
Fragmento de la obra
oscuro el bosque, fértil la llanura,
y un hondo y ancho valle, en que camina
torrente fugitivo de la altura,
el almenaje carcomido empina,
y timbres y follajes de escultura,
como solo señor de aquel espacio,
presumiendo de alcázar, un palacio.