Fuenteovejuna
€3.00
ISBN tapa dura: 9788411261647
ISBN rústica: 9788496428461
En Fuenteovejuna Lope de Vega recoge los hechos acaecidos en esta población en 1476. Por entonces se produjo un levantamiento general del pueblo ante la injusticia ejercida por Fernán Gómez de Guzmán. Guzmán era comendador de la orden de Calatrava. Murió a manos de los habitantes de Fuenteovejuna, que se declararon culpables en grupo para evitar represalias individuales.
Es un relato dramático de aliento universal que bajo el lema «Fuenteovejuna, todos a una…», ejemplifica la cohesión de un colectivo contra las fuerzas tiránicas.
Los reyes Católicos absolvieron al pueblo entero, y no solo por su comprensión y piedad ante los hechos. Gómez de Guzmán era partidario de Juana la Beltraneja como sucesora de Enrique IV, en oposición a la sucesión de Isabel la Católica.
Aquí, Lope de Vega plasma los valores del hombre corriente en una dimensión sujeta a la dignidad y al honor colectivo. No entra en los detalles políticos de los hechos reales.
Jornada primera
(Salen el comendador, Flores y Ortuño, criados.)
Comendador: ¿Sabe el maestre que estoy
en la villa?Flores: Ya lo sabe.
Ortuño: Está, con la edad, más grave.
Comendador: Y ¿sabe también que soy
Fernán Gómez de Guzmán?Flores: Es muchacho, no te asombre.
Comendador: Cuando no sepa mi nombre,
¿no le sobra el que me dan
de comendador mayor?Ortuño: No falta quien le aconseje
que de ser cortés se aleje.Comendador: Conquistará poco amor.
Es llave la cortesía
para abrir la voluntad;
y para la enemistad
la necia descortesía.Ortuño: Si supiese un descortés
cómo le aborrecen todos
—y querrían de mil modos
poner la boca a sus pies—,
antes que serlo ninguno,
se dejaría morir.Flores: ¡Qué cansado es de sufrir!
¡Qué áspero y qué importuno!
Llaman la descortesía
necedad en los iguales,
porque es entre desiguales
linaje de tiranía.
Aquí no te toca nada;
que un muchacho aún no ha llegado
a saber qué es ser amado.Comendador: La obligación de la espada
que se ciñó, el mismo día
que la cruz de Calatrava
le cubrió el pecho, bastaba
para aprender cortesía.Flores: Si te han puesto mal con él,
presto lo conocerás.Ortuño: Vuélvete, si en duda estás.
Comendador: Quiero ver lo que hay en él.
Fragmento de la obra