Exposición a las Cortes Españolas
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ISBN CM: 9788490074497
Esta Exposición a las Cortes españoles es obra del pensador cubano José Agustín Caballero. La escribió para las Cortes de Cádiz, en 1811.
Es una propuesta constitucional que debió haber dado más autonomía a las colonias españolas.
Exposición a las Cortes Españolas, Ideas y bases para una Constitución de la Monarquía es un documento jurídico y, también, un ensayo extremadamente lúcido.
En él se ofrece el respaldo económico de las colonias de Latinoamérica a Fernando VII y apoyo logístico para enfrentar la Invasión napoleónica a España. La finalidad de esta propuesta es sentar las bases del aporte de Cuba enfrentar la invasión de Napoleón a España. Esta ensayo tiene, además, la virtud de proponer formas innovadoras de convivencia entre la metrópolis española y sus colonias de Hispanoamérica.
Exposición a las Cortes Españolas, Ideas y bases, originales del presbítero Caballero, para una Constitución de la Monarquía y sus Colonias
A las Cortes Españolas, por manos de nuestro Representante en ellas.
Fragmento del texto
1. La salvación de la Patria, sin duda, consiste en defenderla de los dos grandes e inminentes peligros que la amenazan, al uno y otro lado del océano; el primero, de ver últimamente vencida la antigua España e invadida por Napoleón, si no se consigue echar a sus ejércitos de la Península; el segundo, de ver las Indias Españolas, o sea, las Españas Ultramarinas, desmembradas de su antigua madre: divididas entre sí o entregadas a la más horrible anarquía, cuando no expuestas a la invasión de sus enemigos o envidiosos, si no se logra reunirlas en un cuerpo de nación capaz de conservar en todo evento la independencia y la integridad del nombre español en el Nuevo Mundo.
2. Las Cortes Nacionales que desde el 24 de septiembre último han tomado las riendas del Gobierno, están asistidas, en la primera de estas dos empresas, por la poderosa alianza de la nación Británica, que hasta ahora concurre magnánimamente con sus fuerzas, su dinero y su sangre a la defensa de la Península y a la protección de sus posesiones ultramarinas.
3. Nosotros, situados a tan inmensa distancia, no hemos podido contribuir a la causa común sino con unos cortos auxilios que no guardan proporción, ni con nuestros buenos deseos, ni con los recursos de la Isla; y siempre fieles a nuestro Gobierno, como lo hizo el Ayuntamiento de la Habana en acuerdo de 4 de septiembre último, puesto en noticia de las Cortes en 16 de diciembre siguiente, mantenemos nuestra pronta disposición a contribuir con la cuota proporcional que se nos señale para el sostenimiento de la causa común.
4. Sin meternos, pues, a discurrir sobre la guerra ni sus vicisitudes, lo que nos corresponde es manifestar nuestras peticiones sobre el segundo punto, no menos difícil y urgente para el interés común del Estado y el nuestro en particular, es decir, el del Gobierno local que conviene dar a las Españas ultramarinas, como forzosa consecuencia de las repetidas declaraciones hechas con respecto a ellas por nuestro Gobierno Supremo en sus últimas y sucesivas transformaciones.
5. Parecía, en efecto, que huérfana la Nación de su monarquía desde el principio de la Revolución Española, debía ser ésta la ocasión favorable de alterar en nuestra antigua Constitución lo necesario, para que en ella no pudiesen los delegados de la pública autoridad abusar de su poder, ni de los pueblos, al paso que de subsistir al miserable sistema que desde la conquista sacrificó los grandes y naturales recursos de estos vastos dominios al interés privado de un gremio particular, o a la invencible superioridad de las naciones que siempre se mostraron rivales de nuestro comercio e industria, otro sistema liberal que hubiese llamado en auxilio de la Madre Patria y de su justa causa toda la fuerza física y moral de sus posesiones ultramarinas. Éstas han permanecido, no obstante, hasta ahora entregadas a la insignificancia y debilidad de su antiguo gobierno, sin poder arreglar su economía interior en proporción a su nueva situación y necesidades, ni menos ayudar dignamente a su metrópoli en la generosa lucha que está sosteniendo.