El rufián viudo llamado Trampagos
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ISBN rústica: 9788498163704
En El rufián viudo llamado Trampagos Miguel de Cervantes Saavedra trata con ironía y en tono cómico la muerte de la esposa de un personaje del hampa. La comedia cierra con la elección de una nueva esposa y un baile final.
El rufián viudo llamado Trampagos
(Sale Trampagos con un capuz de luto, y con él Vademécum, su criado, con dos espadas de esgrima.)
Trampagos: ¡Vademécum!
Vademécum: ¿Señor?
Trampagos: ¿Traes las morenas?
Vademécum: Tráigolas.
Trampagos: Está bien: muestra y camina,
y saca aquí la silla de respaldo,
con los otros asientos de por casa.Vademécum: ¿Qué asientos? ¿Hay alguno, por ventura?
Trampagos: Saca el mortero, puerco, el broquel saca,
y el banco de la cama.Vademécum: Está impedido;
fáltale un pie.Trampagos: ¿Y es tacha?
Vademécum: ¡Y no pequeña!
(Vase Vademécum.)
Trampagos: ¡Ah, Pericona, Pericona mía,
y aun de todo el concejo! En fin, llegóse
el tuyo: yo quedé, tú te has partido,
y es lo peor que no imagino adónde,
aunque, según fue el curso de tu vida,
bien se puede creer piadosamente
que estás en parte… Aun no me determino
de señalarte asiento en la otra vida.
Tendréla yo, sin ti, como de muerte.
¡Que no me hallara yo a tu cabecera
cuando diste el espíritu a los aires,
para que le acogiera entre mis labios,
y en mi estómago limpio le envasara!
¡Miseria humana! ¿Quién de ti confía?
Ayer fui Pericona, hoy tierra fría,
como dijo un poeta celebérrimo.(Entra Chiquiznaque, Rufián)
Rufián: Mi so Trampagos, ¿es posible sea
Fragmento de la obra
voacé tan enemigo suyo
que se entumbe, se encubra y se trasponga
debajo desa sombra bayetuna
el Sol hampesco? So Trampagos, basta
tanto gemir, tantos suspiros bastan;
trueque voacé las lágrimas corrientes
en limosnas y en misas y oraciones
por la gran Pericona, que Dios haya;
que importan más que llantos y sollozos.