El príncipe constante
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ISBN rústica: 9788496428959
El Príncipe Constante es una obra escrita por Pedro Calderón de la Barca entre finales de 1628 y principios de 1629.
Calderón pone en escena el ataque portugués contra Tánger en 1437. La expedición fue liderada por Enrique el Navegante y sobre todo por su hermano, el infante Fernando, maestre de la orden de Avis.
Tras el fracaso de la ofensiva, el infante es hecho cautivo por el rey de Fez. El rey propone liberarle a condición de que le entregue la ciudad de Ceuta, urbe cristiana que el monarca codicia. El infante Fernando rechaza con tenacidad dicho trueque, padeciendo desde entonces y hasta su muerte una esclavitud que se asemeja a un martirio.
La obra es un drama histórico o tragedia cristiana sobre el libre albedrío humano, dividido entre los requisitos éticos y la doctrina de la salvación. El personaje principal se condena conscientemente a la esclavitud, a la privación de privilegios y, finalmente, a la muerte, en nombre de la fe cristiana.
El príncipe constante es una de las obras más paradigmáticas del teatro de Calderón de la Barca. Un claro referente del complejo mundo ideológico del dramaturgo.
Estamos ante una de las grandes obras maestras de Calderón de la Barca. Una obra que ha recogido grandes elogios de diversas tradiciones teatrales europeas como la alemana, la polaca o la rusa. Una obra que llevó a Goethe a decir en 1804, en una carta a Schiller,
«que si toda la poesía del mundo desapareciera, sería posible reconstruirla sobre la base de El príncipe constante».
Jornada primera
(Salen los cautivos cantando lo que quisieren, y Zara.)
Zara: Cantad aquí, que ha gustado,
mientras toma de vestir
Fénix hermosa, de oír
las canciones que ha escuchado
tal vez en los baños, llenas
de dolor y sentimiento.Cautivo 1: Música, cuyo instrumento
son los hierros y cadenas
que nos aprisionan, ¿puede
haberla alegrado?Zara: Sí,
ella escucha. Desde aquí
cantad.Cautivo 2: Esa pena excede
Zara hermosa, a cuantas son,
pues solo un rudo animal
sin discurso racional,
canta alegre en la prisión.Zara: ¡No cantáis vosotros?
Cautivo 3: Es
para divertir las penas
propias, mas no las ajenas.Zara: Ella escucha, cantad, pues.
(Cantan.)
Cautivos: «Al peso de los años
lo eminente se rinde
que a lo fácil del tiempo
no hay conquista difícil.»(Sale Rosa.)
Rosa: Despejad, cautivos, dad
Fragmento de la obra
a vuestra canciones fin,
porque sale a este jardín
Fénix a dar vanidad
al campo con su hermosura,
segunda aurora del prado.