El ejemplo mayor de la desdicha

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ISBN rústica: 9788498160826


En El ejemplo mayor de la desdicha Antonio Mira de Amescua dramatiza la historia del general bizantino Belisario y sus amores con la emperatriz Teodora.

Jornada primera

(Salen por una puerta, al son de cajas, Belisario, Floro, Fabricio. Por otra Leoncio, de peregrino.)

Floro: Como tus hechos divinos
son asombro de la muerte,
todos han salido a verte.
Ciudades son los caminos.
Los riscos y árboles son
miradores, donde están
pasmados, hombres que dan
ojos a la admiración.
En el vulgo incierto y vario
cada cual está diciendo:
«¡Válgame Dios, que estoy viendo
al valiente Belisario!»

Belisario: Alabar sin ocasión
es de necios, no es de sabios.
Las lisonjas son agravios
para el prudente varón.
Habla menos y obra más.

Floro: Lisonjeros hay valientes
y en la guerra serví.

Belisario: Mientes.

Floro: Algún día lo verás.

Leoncio: (Aparte.) (Dicha ha dado la ocasión;
si le mato la tendré,
aunque en esta ocasión se
que es temeraria intención.)
Capitán, tú que has ganado
los reinos que el Ganges ven,
manda que limosna den
a este mísero soldado.

Belisario: ¿A un hombre le oigo decir
«soldado y mísero» cuando
de Persia vengo triunfando?
No lo podrá consentir
la piedad que yo profeso.
¿Dónde servisteis, soldado?

Leoncio: (Aparte.) (En estando descuidado
este puñal le atravieso.)
Con Leoncio el general
en las guerras de Asia.

Fragmento de la obra