El duque de Aquitania
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ISBN rústica: 9788498160581
El duque de Aquitania, del duque de Rivas, se inspira en el ciclo de relatos medievales en los que un hermano fraticida usurpa el poder mientras los legítimos señores están en la cruzadas. Así Elisa, la heroína de esta obra, es acosada en medio de su luto tras la muerte de su padre en Tierra Santa.
Acto I
Escena I
Eudón, Elisa y LinserEudón: Modera tu dolor, enjuga el llanto,
que ofenden mi cariño y mi terneza.
Si te ha privado el áspero Destino
de los que el ser te dieron, hoy encuentras
en mí su amor. Hermano de tu padre
y su heredero en fin, tú eres la prenda
a quien mi amor consagro y mis desvelos.
Del claustro silencioso do crecieras,
libre de los horrores y perfidias
de las facciones que hasta aquí cubrieran
de aflicción y de luto estos estados,
y do tu padre te dejó encubierta
cuando a reconquistar partió animoso
de Palestina la sagrada tierra,
te saca mi cariño, a que mi esposa
y la señora de Aquitania seas.Elisa: Señor…, ¡ah!, por piedad… Dejad que inunden
las lágrimas mi pecho y no os ofendan.
Desastres e infortunios me circundan…
Un padre desgraciado, a quien la diestra
de un alevoso pérfido asesino
del sagrado Jordán en las riberas
arrebató a mi amor… La adversa suerte
de una madre infeliz, que a la hora mesma
que me puso en los brazos de la vida
la hundió la muerte en la quietud eterna,
y un hermano que existe miserable
allá en Jerusalén, entre cadenas,
son los bienes que el mundo ante mis ojos,
¡desventurada yo!, solo presenta.
Educada, señor, en el asilo,
donde la paz y la virtud se albergan,
a su seno tranquilo y silencioso
volver y a su quietud mi pecho anhela.
Dejad que en él por siempre me sepulte,
ignorada del orbe… Ha que gobiernas
más de un lustro el estado que heredaste;
feliz fuiste sin mí. Deja que vuelva
a la mansión donde aumenté mis días,
a lamentar mi desdichada estrella.
El bullicio del mundo me horroriza…