El caballo del rey don Sancho

3.00

ISBN: 9788498971934 Categoría: Etiquetas: ,

ISBN tapa dura: 9788498973440
ISBN rústica: 9788498162783


En El caballo del rey don Sancho José Zorrilla relata escenas de la vida de Sancho Garcés III. Este rey recibió el apodo de el Mayor o el Grande y fue rey de Navarra, entre 1000-1035, de Sobrarbe y Ribagorza (1018-1035) y de Castilla (1029-1035). Sancho III contrajo matrimonio con Muniadona de Castilla con quien tuvo cuatro hijos.
Sancho III se opuso a la expansión leonesa. Por ello pactó el matrimonio entre su cuñado, García de Castilla y Sancha de León, con el fin de establecer la paz. Sin embargo, cuando García de Castilla se dirigía a León para desposarse, lo asesinaron. Y Sancho III terminó rigiendo en Castilla y Álava.
A su muerte Sancho III fue enterrado en el monasterio de San Salvador de Oña (Burgos) bajo el título «Sancius, Gratia Dei, Hispaniarum Rex».

Acto I
Año 1030 de N. S. J. C.
Interior de un aposento de casa rústica, que ocupa la mitad del escenario, cuyos adornos consisten en utensilios de caza. Este aposento tiene una puerta a la derecha y dos en el fondo; de estas dos la una es una alcoba, la otra es la salida y entrada. A la izquierda una ventana con reja de madera. La parte exterior del teatro figura la ladera de un montecillo, cuyo horizonte se cierra con montañas en que se abren varios senderos.

Escena I
Gisberga en el aposento. Juan bajando por la montaña.

Gisberga Ya va avanzando la noche,
y fría y lóbrega cierra,
¡y aun no vuelven!…; pero siento
pasos. ¿Quién es?

(Asomando a la ventana.)

Juan (Desde fuera.) Yo.

Gisberga Ya llegan.

(Abre Gisberga, y entra Juan con caza y perros.)

¿Y tu amo?

Juan Pues ¿no ha venido?

Gisberga. No.

Juan Habrá alzado alguna pieza.

Gisberga Mas ¿dónde está?

Juan Tras mí viene.
Le dejó junto a la peña
del puente, donde los perros
se nos plantaron de muestra.

Gisberga. ¿Tan de noche y sigue rastro?

Juan ¡Qué queréis! Si no le deja
la afición. Díjome al irse
que a espacio a casa volviera,
que de cerca me seguía;
mas al pie de aquella cuesta
le he esperado largo rato,
y ya creí que me hubiera
adelantado, tomando
por el atajo.

Fragmento de la obra