Dos mujeres

3.00

Agotado

ISBN CM: 9788498169638
ISBN tapa dura: 9788499533889
ISBN rústica: 9788499530697


Dos mujeres (1842-1843) es la segunda novela que escribió Gertrudis Gómez de Avellaneda. En esta obra la autora aborda algunos de los principales temas que protagonizan las grandes creaciones novelísticas del siglo XIX: matrimonios concertados, adulterio, educación femenina y papel de la mujer en la sociedad decimonónica, temas por excelencia de las grandes novelas del realismo-naturalismo español y europeo.
La novela Dos mujeres introduce el punto de vista femenino acerca del adulterio y la posibilidad de divorcio, al centrar el conflicto entre dos mujeres que luchan por la posesión de un hombre.
Gómez de Avellaneda plantea un sencillo argumento en el que dos mujeres de muy distinto temperamento y formación —Luisa, prototipo del ideal femenino de la época, y Catalina, mujer nueva, que guía su propia forma de vivir— se enamorarán perdidamente de Carlos, hombre inadecuado para ambas, pues será incapaz de corresponder con la misma intensidad con que es amado por ellas, y causará, por consiguiente, la infelicidad tanto de Luisa como de Catalina.
Ambos personajes, aunque opuestos en educación y trayectoria vital, son presentados por la autora como mujeres conscientes en todo momento de la autenticidad de sus sentimientos, capaces de luchar por conservar su amor y de tomar una resolución, equivocada o no, que ponga fin a esa desdichada situación en que se encuentran.
En Dos mujeres Gertrudis Gómez de Avellaneda reflexiona sobre su propia experiencia, sus circunstancias y su estado emocional. La novelista cuestiona el mundo que le rodea y vierte en sus creaciones unas reflexiones, pensamientos y creencias personales moldeadas bajo el ropaje del ideario estético romántico.

—Te repito por centésima vez, hermana, que es absolutamente preciso que mi hijo conozca un poco del mundo antes de contraer empeños tan solemnes como los del matrimonio.
—Sí, porque arrojar a un pobre muchacho de veinte años, que sale de un colegio, en esa Babilonia de Madrid, para que le perviertan y corrompan, es el mejor medio de prepararle a ser un buen marido. ¡A la verdad, hermano, que discurres con acierto!
—Leonor, tú interpretas mis palabras con una arbitrariedad que me pasma. ¿Quién trata de arrojar a Carlos, como dices tú, para que le perviertan y le corrompan? ¿No puede mi hijo ir a la corte recomendando a sujetos apreciables y prudentes, que le sirvan de guía en ésa que tú llamas Babilonia? Además, en Madrid como en Sevilla hay bueno y malo: no sé por qué se ha de suponer que todo el que vaya, habrá de pervertirse forzosamente. ¡Tienes unas preocupaciones tan injustas y tan tenaces!
—¡Y tú unos caprichos tan inconcebibles!… Conque, en fin, Francisco, estás resuelto a pesar de las repetidas reflexiones que te hago, a enviar al chico a Madrid apenas llegue a Sevilla.

Fragmento de la obra

Edición de referencia: Madrid, Gabinete Literario, 1842.