Diario de la navegación emprendida en 1781
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ISBN rústica: 9788498167825
Basilio Villarino (1741-1785) fue funcionario de la Corona española, destinado a fines del siglo XVIII a expediciones de reconocimiento en el norte de la Patagonia.
Llego al Rio de la Plata en 1773 en la fragata Perpetua, al mando del capitan Bustillos. Su largo viaje por la Patagonia argentina comenzo en 1778, con la exploracion de los rios Colorado, Negro, Deseado y Limay, entre otros.
En 1779 formo parte de la expedicion de Francisco de Viedma, quien fundo Carmen de Patagones, y en 1782 recorrio las margenes de los rios Collon Cura y Negro, hasta la confluencia de este con el Limay y el Neuquen.
Tras el descubrimiento de la isla Choele Choel, en 1783, renuncio a seguir su viaje de exploracion ante la hostilidad de los indigenas. Murio en enero de 1785 a manos de los indios del Cacique Negro, en la expedicion a la sierra de la Ventana. Este diario recoge las observaciones de Villarino en el curso de sus viajes.
Diario de la navegación que va a hacer don Basilio Villarino, segundo piloto de la Real Armada, con las dos embarcaciones de su mando, el bergantín Nuestra Señora de Carmen y Ánimas, y la chalupa San Francisco de Asís, desde el Río Negro, a reconocer la costa, la Bahía de Todos los Santos, Islas del Buen Suceso y demás adyacentes, buscar el desagüe del río Colorado, y penetrar su entrada, de orden del Comisario Superintendente de estos establecimientos, el señor don Francisco de Viedma
Día 12 de abril de 1781
A las ocho y media de la mañana tiré la última pieza de leva, y me hice a la vela del establecimiento con las expresadas embarcaciones, y viento N bonancible. A las cuatro y media de la tarde llegué a la boca del Río Negro, remolcando el bergantín con el bote y la chalupa, por estar calma; en cuyo paraje di fondo, a esperar tiempo a propósito para emprender mi navegación, el que no pude conseguir hasta el 4 de mayo, en cuyo intervalo de tiempo tuve lugar de registrar la barra (el que no había tenido antes) como a satisfacción la registré en los días que el tiempo lo permitía; y no sin muchísima utilidad, pues descubrí por la parte del N una canal, mejor que la que hasta ahora practican los navegantes a este río por la parte del S.