Constituciones fundacionales de México

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ISBN: 9788498971675 Categoría: Etiquetas: , , , ,

ISBN rústica: 9788496428966


La primera Constitución de México data de 1824, pero antes, en plena lucha por la independencia, se redactó la Constitución de Apatzingán, en 1814, que si bien no llegó a entrar en vigor, sí expresaba los ideales de la nueva nación. Las raíces ideológicas de ambas constituciones se encuentran en la Constitución de Cádiz (1812).
La independencia que proclamó Agustín Iturbide en 1821, se hizo bajo los presupuestos de: 

  • El Plan de Iguala, del 24 de febrero de 1821, que establece que la forma de gobierno será una «monarquía moderada».

Luego, en 1823, el Congreso Revolucionario disolvió la monarquía. La primera constitución que rigió en México es esta Constitución de 1824, mediante la cual se adopta la forma de república federal. Bajo la presidencia de Antonio López de Santa Anna se promulgaron las Siete Leyes de 1835, que fundamentan luego Las Bases Orgánicas de la República Mexicana, de 1843. Buscan crear un gobierno centralista. En 1847 se regresa a los principios de la Constitución de 1824.
La Reforma Liberal de 1855 de Benito Juárez da lugar a la Constitución de 1857. Más tarde, la Revolución Mexicana de 1910 inicia un nuevo periodo de transición que culmina con la Constitución de 1917, que es la actual Constitución mexicana, aunque incluye sucesivas reformas que actualizaron sus disposiciones (el derecho al voto de las mujeres de 1953, o las reformas electorales de 1969 y 1996, entre otras).

La presente edición de las Constituciones fundacionales de México contiene los siguientes documentos:

  • Constitución de Apatzingán 
  • y el Reglamento provisional político del Imperio mexicano

Constitución de Apatzingán de 1814
(22 de octubre de 1814)
DECRETO CONSTITUCIONAL PARA LA LIBERTAD DE LA AMÉRICA MEXICANA, SANCIONADO EN APATZINGÁN A 22 DE OCTUBRE DE 1814
El Supremo Congreso Mexicano deseoso de llenar las heroicas miras de la Nación, elevadas nada menos que al sublime objeto de sustraerse para siempre de la dominación extranjera, y substituir al despotismo de la monarquía de España un sistema de administración que reintegrando a la Nación misma en el goce de sus augustos imprescriptibles derechos, la conduzca a la gloria de la independencia, y afiance sólidamente la prosperidad de los ciudadanos, decreta la siguiente forma de gobierno, sancionando ante todas cosas los principios tan sencillos como luminosos en que pueden solamente cimentarse una Constitución justa y saludable.

I. Principios o elementos constitucionales

Capítulo I. De la religión

Artículo 1.º La religión católica apostólica romana es la única que se debe profesar en el Estado.

Capítulo II. De la soberanía

Artículo 2.º La facultad de dictar leyes y de establecer la forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad, constituye la soberanía.

Artículo 3.º Ésta es por su naturaleza imprescriptible, inajenable, e indivisible.

Artículo 4.º Como el gobierno no se instituye para honra o interés particular de ninguna familia, de ningún hombre ni clase de hombres; sino para la protección y seguridad general de todos los ciudadanos, unidos voluntariamente en sociedad, éstos tienen derecho incontestable a establecer el gobierno que más les convenga, alterarlo, modificarlo, y abolirlo totalmente, cuando su felicidad lo requiera.

Artículo 5.º Por consiguiente la soberanía reside originariamente en el pueblo, y su ejercicio en la representación nacional compuesta de diputados elegidos por los ciudadanos bajo la forma que prescriba la Constitución.