Comedia nueva de si el amor excede al arte
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ISBN CM: 9788498973099
Comedia nueva de si el amor excede al arte, ni amor ni arte a la prudencia es una pieza teatral de Eusebio Vela. Esta obra recrea la leyenda de Telémaco en la isla de Calipso, en cuyas costas naufraga cuando viaja en busca de Ulises, y donde se enamora, previa intervención de Cupido, de la ninfa Eurcaris.
Sin embargo, en medio de la trama Calipso se enamora de Telémaco y urde mil artimañas para intentar retener a Telémaco. Todas fracasan gracias a los sabios consejos y la intervención de un anciano Mentor, acompañante de Telémaco y que no es sino Minerva disfrazada.
La obra se representó en el palacio del Virrey el 19 de diciembre de 1730, con ocasión de celebrarse el cumpleaños real. Esta obra de temática mitológica se enmarca en el neoclásico con elementos barrocos, que gira alrededor de un asunto centrado en enredos amorosos.
Jornada primera
(Estará el teatro de selva; y sale Calipso.)
Calipso: En aquesta espesura,
Fragmento de la obra
cuya crespa maraña que el mar riega,
al que verle procura
tal vez se le concede, y tal se niega,
¡en acecho de Ulises, con enojos
sus ondas mirarán mis tristes ojos!
¿Por dónde Ulises fiero
huyó de mis halagos amorosos?
Mas, ¡ay!, ¡que en vano espero
alivio en mis tormentos lastimosos! 10
Si tirana, infeliz mi triste suerte,
inmortal me hizo por dolor más fuerte,
¿de qué me sirve (¡ay, triste!)
que mi deidad domine con violencia
en todo cuanto insiste
y que alcance el imperio de mi ciencia
mover los montes y parar los ríos,
cuando mover no puede sus desvíos?
¡Oh, qué bien «cauteloso
Ulises» te apellidan las naciones, 20
puesto que, cariñoso,
cubriste tus tiranas intenciones,
y al buscarte mi amor, de halagos llena
no te encontró mi fe, para más pena!
¡Oh, tú, encarnada rosa
que suspirando exhalas la fragancia,
porque la impetuosa
saña del noto y rígida arrogancia,
de aquel clavel el vástago ha tronchado,
y tirano le aparta de tu lado! 30
¡Oh, tú, yedra que el lazo
aprietas en el tronco de aquel olmo,
y ya, no por abrazo,
sí porque el viento en el frondoso colmo
con ráfagas luchando, cruel porfía
en quitarte tu amada compañía!
¡Y tú, tórtola amante,
que llorando la ausencia de tu esposo,
siempre estás más constante,
negándote del nido al fiel reposo! 40
¡Aunque todas sentís lo que yo siento,
no podréis igualarme en el tormento!
¿Cómo, Jove tonante
pues te toca mi agravio, no me vengas?
Ingrato, infiel amante,
de Neptuno arrojado, roto vengas
otra vez a esta isla, y mi deidad
escuche que decís…