Ay, verdades, que en amor…

2.00

ISBN: 9788498166903 Categoría: Etiquetas: ,

ISBN rústica: 9788498161656


Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 25 de noviembre de 1562-Madrid, 27 de agosto de 1635) fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro Español y, por la extensión de su obra, uno de los más prolíficos autores de la literatura universal.
El llamado Fénix de los Ingenios y Monstruo de la Naturaleza renovó las fórmulas del teatro español en un momento en que el teatro comenzaba a ser un fenómeno cultural de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de varias novelas y obras narrativas largas en prosa y en verso.

Jornada primera

(Salen Celia e Inés, con mantos. Don Juan y Martín.)

Celia: Porfiar no es cortesía,
y más con una mujer.

Juan: ¿Cuándo ha sido agravio el ver
ni el rogar descortesía?
Porque pedir luz al día,
oro al Sol, plata a la Luna,
¿cuándo fue culpa ninguna?

Celia: Culpa es grande porfiar
el que no puede alcanzar
lo que siguiendo importuna.

Juan: César no hubiera llegado
al imperio si no hubiera
porfiado, ni tuviera
del mundo el cetro envidiado.
De Troya se vio vengado
porfiando Agamenón,
y pudo Pigmaleón
volver un mármol mujer,
y el campo del mar romper
con lienzo y tablas Jasón.

Celia: ¿Historias? ¡Oh qué donaire!

Juan: ¿Quién persuade mejor?

Celia: Caballero historiador,
toda vuestra prosa es aire.
Id con Dios.

Juan: ¡Bravo desaire
de ese tallazo es no ser,
en dejarse ver, mujer!

Celia: Si os habéis de arrepentir,
yo sé que es dejaros ir
mejor que dejaros ver.

Juan: Tener en cárcel escura
el Sol de esos ojos bellos,
ingrata al cielo, que en ellos
copió su misma hermosura;
poner en prisión tan dura
sus jazmines y claveles
sinrazones son crueles.
Dejaos, señora, mirar,
porque os pueda retratar
el alma, divino Apeles.

Fragmento de la obra