Arte de poesía castellana

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ISBN rústica ilustrada: 9788498166125


Arte de poesía castellana es el tratado introductorio del Cancionero (Salamanca, 1496), formado por las primeras composiciones de Juan de la Encina. Es un texto escrito en la España del siglo XV que puede ser considerado un puente entre la poética trovadoresca y el Renacimiento.
El Arte de la poesía castellana es un aporte teórico a la creación literaria en el que se establecen leyes y reglas para el buen trovar, así como para identificar a los buenos trovadores o poetas y diferenciarlos de los que no conocen este arte. 

«Cuán ligero y penetrable fuese el ingenio de los antiguos Y cuán enemigos de la ociosidad, muy esclarecido príncipe, notorio es a vuestra alteza, como cuenta Cicerón de Africano el mayor, que decía nunca estar menos ocioso que cuando estaba ocioso ni menos solo que cuando solo, dando a entender que nunca holgaba su juicio. Y según sentencia de aquel Catón censorino, no solamente son obligados los hombres que viven según razón a dar cuenta de sus negocios, mas aun tan bien del tiempo de su ocio, cuanto mas los que fuimos dichosos de alcanzar a ser súbitos y vivir debajo de tan poderosos y cristianísimos príncipes, que así artes bélicas como de paz están ya tan puestas en perfección en estos reinos por su buena gobernación, que, quien piensa las cosas que por armas se han acabado, no parece haber quedado tiempo de pacificarlas como hoy están. Ya no nos falta de buscar sino escoger en qué gastemos el tiempo, pues lo tenemos cual lo deseamos, que puede ser en el ocio más alegre y más propio de humanidad, como Tulio dice, que sermón gracioso y pulido; y pues entre las otras cosas en que excedemos a los animales brutos es una de las principales, que hablando podemos exprimir lo que sentimos, ¿quién no trabajará por exceder a otro en aquello que los hombres exceden a los animales? Bien parece vuestra real excelencia haber leído aquello que Ciro usaba decir: «Cosa torpe es imperar el que no excede a sus súbitos en todo género de virtud»; y vuestra muy alta señoría que tiene tal dechado de que sacar mirando a las excelencias y virtudes de sus clarísimos padres, bien lo pone por la obra, pues dejados los primeros rudimentos y cunábulos, entre sus claras victorias se ha criado en el gremio de la dulce filosofía, favoreciendo los ingenios de sus súbitos, incitándolos a la ciencia con ejemplo de sí mismo.»

Fragmento de la obra