Amor y celos hacen discretos
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ISBN rústica: 9788498164848
En Amor y celos hacen discretos se defiende al Grande Osuna, acusado de crueldad ante el Rey. Tirso de Molina pretendió compensar con esta comedia sus sátiras a los Girones en El castigo del penséque.
Tirso es gracias a obras como esta uno de los más destacados continuadores del teatro áureo difundido por Lope de Vega.
Su habilidad para mostrar sobre la escena la profundidad psicológica de sus personajes destaca en especial cuando se trata de caracteres femeninos, le singulariza entre todos los dramaturgos del Siglo de Oro. Sus personajes muestran su independencia y manifiestan su desacuerdo con una situación, hasta el punto de poder vengarse ellas mismas, sin la participación del varón.
Tirso estudió los asuntos de tradición nacional y se inspiró en la realidad social y religiosa de la época. Así, en Amor y celos hacen discretos habla del libre albedrío, la predestinación y la salvación del alma. Aquí el autor emplea un lenguaje rico, con influencias culteranas, manifiesta un gran sentido de humor y un manejo virtuoso del idioma.
Jornada primera
(Salen Vitoria y don Pedro.)
Pedro: Ama el conde en competencia
de Próspero y de Rugero,
duque de Capua el primero
y el segundo de Placencia;
y aunque en Nápoles es Carlos
gran mariscal, como Amor
es cuerdo hijo del Temor,
viendo al rey patronizarlos
intercediendo por ellos
con vuestra hermana, frecuenta
papeles, por cuya cuenta
corre su esperanza en vellos.
Lo que os ama manifiesta
el que os duda merecer.
Uno vuestro llevé ayer,
y ahora vuelvo la respuesta.
Perdonad al mensajero
que obedece a su señor.Vitoria: Sois vos solicitador
eficaz, aunque extranjero
y el conde habrá conocido
el agrado con que leo
las cifras de su deseo,
que han por él intercedido.
Yo os confieso que un papel
bien escrito y estudiado,
ni por oscuro afectado,
ni por prolijo cruel,
es eficaz diligencia
para toda pretensión.Pedro: Si escribió a satisfacción
el conde de vuexcelencia,
vuele ya su amor gigante,
sin que temor le consuma.Vitoria: Es desempeño la pluma
de la lengua en el amante.
Hace poca estimación
de su prenda quien presente
se atreve a ser elocuente
y no muestra turbación;
pues en fe de cuán poco ama,
si es todo amor frenesí,
quien puede estar tanto en sí,
mal podrá estar en su dama.
Mas quien por palabras muda
letras, ya por los poderes
habla en ojos bachilleres
y calla la lengua ruda.
La ausencia puede mostrar
por escrito, si es discreto,
pues no habiéndola, en efeto,
no está el alma en su lugar.Pedro: Vuestra discreción alabe
Fragmento de la obra
quien tenga lengua posible,
pues discreta y apacible
juntáis lo tierno a lo grave.
Si el conde os envía dos
mañana, ¿leeréislos?