Amor, pleito y desafío

1.00

ISBN: 9788498971156 Categoría: Etiquetas: ,

ISBN tapa dura: 9788498972832
ISBN rústica: 9788498161663


Amor, pleito y desafío centra su acción en el marco histórico del reinado de Alfonso XI: una trama amorosa con dos protagonistas, el rico y el pobre, que pleiteando en sus diferencias, pretenden resolverlas con un desafío, evitado finalmente por el rey.

Jornada primera

(Salen don Álvaro, anciano con un báculo, y don Juan de Padilla.)

Padilla: Advierta vusiñoría…

Álvaro: Yo no tengo que advertir.

Padilla: Pues ¿por qué no me ha de oír,
por su honor y en cortesía?

Álvaro: ¿Sabéis que esta casa es mía?

Padilla: Sí, señor.

Álvaro: ¿Sabéis quién soy?

Padilla: Sé que tan lejos estoy
de hacerle agravio, que apelo
de vuestro engañado celo,
y justas quejas os doy.

Álvaro: La que yo tengo de vos,
don Juan de Padilla, fuera
menos grave cuando hubiera
la misma edad en los dos.

Padilla: Mi inocencia sabe Dios.

Álvaro: Si el báculo fuera espada,
ya estuviera castigada,
Padilla, vuestra malicia.

Padilla: A ser vara de justicia,
yo sé que oyera informada.

Álvaro: Yo soy Rojas tan bueno
como cuantos Dios crió.

Padilla: Lo mismo defiendo yo.

Álvaro: Por lo menos ya condeno,
siendo de mi casa ajeno,
el hallaros en mi casa.

Padilla: ¿Qué ley el respeto pasa?

Álvaro: La ley santa de tener
hija, que puedo temer
que por su gusto se casa.

Padilla: Si yo supe que tenía
unas reliquias, que son
para el mal de corazón,
y a pedírselas venía,
¿qué afrenta o descortesía
halláis en la buena fe
con que en vuestra casa entré?

Álvaro: ¿Reliquias para esos males
en casas tan principales?

Padilla: Pues, señor, ¿qué agravio fue?

Álvaro: Allá por los monasterios
se buscan las cosas santas,
que en mi casa no habrá tantas
para tan altos misterios;
afrentas y vituperios
hácense en las casas viles.

Padilla: Que tú mismo la aniquiles
me ha causado admiración.

Álvaro: ¡Qué buen mal de corazón!
¡Qué disculpas tan sutiles!
Aquí no se ha de venir
por reliquias para él,
por corazón sí, que en él
puedo valor infundir;
aquí se pueden pedir
lanzas, paveses y espadas
de tantas guerras pasadas,
que aun las hay, gracias a Dios,
para mozos como vos,
a buena mano enseñadas.

Padilla: De suerte estáis enojado,
que pienso que mi razón
no os dará satisfacción.

Álvaro: Pues ¿qué razón me habéis dado?

Padilla: Soy yo caballero honrado.

Fragmento de la obra