Amor, honor y poder

3.00

SKU: 9788498169256 Categoría: Etiquetas: ,

ISBN rústica: 9788498163957


Amor, honor y poder es la primera comedia atribuida con certeza a Pedro Calderón de la Barca. Se estrenó en Madrid, en el viejo Alcázar, el 29 de junio de 1623, por la compañía de Juan Acacio Bernal. Fue durante estancia en Madrid del príncipe de Gales, Carlos Estuardo.
La obra contiene en el título los tres ejes fundamentales de la acción, y se basa en la historia ejemplar titulada «Cómo Eduardo III, rey de Inglaterra, se enamoró de la condesa Salveric y cómo después de haberla seguido por muchas vías, se vino a casar con ella». Calderón va más allá y construye unos personajes memorables.
Amor, honor y poder empieza con Estela confinada en el castillo de Salveric a salvo de las intrigas de la corte y del mundo terrenal. Allí aparece la Infanta Flérida, hermana del rey Eduardo III de Inglaterra. Casi muere despeñada a causa de su caballo desbocado. Sin embargo, es salvada por Enrico hermano de Estela, hijo del Conde de Salverie.
Eduardo III se alegra de la salvación de la Infanta y se siente atraído a su vez por Estela, dando inicio al conflicto esencial de Amor, honor y poder.

Jornada primera

Salen Enrico y Estela

Enrico: No salgas, Estela, al monte,
vuélvete al castillo, hermana,
que por estos campos hoy
ha salido el Rey a caza.
No te vea de la suerte 5
que en las soledades andas,
causando a Venus desprecio,
dando envidias a Diana,
cuando Diosa destos montes,
que miden veloz tus plantas, 10
o son las cumbres de Chipre
o son las selvas de Arcadia.
Por tu gusto, Estela, vives
en Salveric retirada
del aplauso de la corte, 15
del adorno de sus galas.
Aquí un hermano te sirva,
aquí un padre te acompaña
y aquí un monte te obedece,
que reina suya te llama. 20
No te vea el Rey y piense,
viendo la humildad que tratas,
que lo que es sobra del gusto,
viene a ser del honor falta.
Por tu vida que te quedes 25
en Salveric y no salgas
hoy al monte.

Estela: No saldré,
que ser gusto tuyo basta.
Desde aquí al castillo vuelvo
a obedecer lo que mandas. 30

Enrico: Yo, hermana, te lo suplico,
queda a Dios.

Una voz: (Dentro.) ¡Aparta, aparta!

Enrico: ¿Qué voz es esta?

Una voz: (Dentro.) Poned
delante dellas espadas.
Tente indómito caballo. 35

Estela: Desde aquellas cumbres altas
un caballo se despeña
con una mujer.

Enrico: Hoy baja
despeñado otro Faetonte.
Poco le debo, si aguarda 40
más ocasión mi valor,
para mostrarse, pues basta
el ser mujer.

(Vase.)

Fragmento de la obra

Madrid, por María de Quiñones, 1637.