Amar por señas

3.00

Agotado

SKU: 9788498971071 Categoría: Etiquetas: ,

ISBN tapa dura: 9788498972764
ISBN rústica: 9788498164824


Amar por señas es una comedia palatina. Aquí se narran las aventuras del español don Gabriel, huésped y amigo de Carlos de Orliens, que se ha enamorado de Beatriz, prometida de Carlos, hermano del rey de Francia. Para olvidarla se dispone a regresar a España, donde vive su antigua dama Gerarda.
Beatriz, enamorada a su vez de don Gabriel, impide su marcha secuestrándolo en una habitación y sin dejarse ver le propone en un papel una prueba: que descubra por señas qué dama de palacio lo desea como amante, y una condición: que la mantenga en secreto.
Beatriz desplegará todo su ingenio femenino, para comunicarle su amor mediante un enigma, cuya resolución terminará por implicar al resto de los personajes femeninos. Amar por señas es una muestra más en el teatro tirsiano del ingenio de la mujer para idear y resolver situaciones de toda naturaleza.

Jornada primera

(Salen don Gabriel y Montoya, de camino.)

Montoya: Echéle las maneotas,
colgué el freno del arzón,
maleta y caparazón,
de la color de tus botas,
yacen —parece epitafio—
entre juncia, espliego y grama,
porque te ministren cama;
mas yo debo ser un zafio,
un…

Gabriel: Empieza ya.

Montoya: … un pollino,
una mula de alquiler,
pues no merezco saber
la causa de este camino.
¿Qué mosca te dio? No ha una hora
que con la cara serena
triunfando te vi en Lorena;
¿de qué es la murria de agora?
Danzaste a satisfacción
de todo el salón ducal
antenoche, sin igual
Adonis de tal salón.
Cinco premios de la justa
esta tarde te has mamado,
de monsiures envidiado
porque tu cólera adusta
dio con tres patas arriba,
que del campo sastres fueron,
pues que la arena midieron.
¿Qué belleza, por esquiva,
soberbia, qué generosa
presunción, qué tiranía
de voluntades te vía,
que con cara cosquillosa
no te echase bendiciones,
si siempre que las mirabas
desde la tela agarrabas
sus almas por los balcones?
¿Hubo favor de importancia
que el de Orliens no te haya hecho,
de tu valor satisfecho,
hermano del rey de Francia,
y tan tratable contigo
que, desde que nos sacó
de España, te sublimó
a la igualdad de un amigo?
¿Dónde vas, si no has sacado
monja o doncella, no has muerto,
no herido, no has encubierto
ladrones, no te han hallado
moneda falsa, no joya
contrahecha, no papel
de conjuración infiel,
no resistencia?

Gabriel: Montoya,
ya sabes mi condición:
servir y callar.

Montoya: Apelo
sola esta vez.

Gabriel: ¿Cuándo suelo
tener yo satisfacción
de ti ni de otro criado?
¿Comunico yo secretos
contigo?

Montoya: Muchos discretos
a sus ministros han dado
cuenta de cosas más graves,
cuyo consejo remedia
imposibles. ¿Qué comedia
hay, si las de España sabes,
en que el gracioso no tenga
privanza, contra las leyes,
con duques, condes y reyes,
ya venga bien, ya no venga?
¿Qué secreto no le fían?
¿Qué infanta no le da entrada?
¿A qué princesa no agrada?

Fragmento de la obra