Amar después de la muerte
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ISBN rústica: 9788498163940
En Amar después de la muerte Pedro Calderón de la Barca relata una historia de amor inspirada en un tema morisco y ambientado en La Alpujarra y Granada. El mundo islámico se presenta aquí con respeto y, en cierto modo, nostalgia.
Esta obra nos traslada a un período oscuro en la historia de España: la revuelta morisca en 1568; ocasionada, entre otras cosas, por la presión de las pragmáticas reales de Felipe II. Esta guerra civil que duró tres años, se convirtió en una lucha por la dignidad, que provocó el casi total exterminio de una minoría.
Amar después de la muerte relata una historia de amor. En medio de la Rebelión de La Alpujarra, el ejército de Juan de Austria conquista la villa granadina de Galera. Durante los sucesos una joven, llamada Maleha, muere apuñalada. El Tuzaní, un musulmán, enamorado de la joven, se infiltra entre los soldados cristianos, descubre la identidad del asesino y venga su muerte.
Jornada tercera
Cercanías de Galera.Don Álvaro, sin ver a Alcuzcuz, que está durmiendo en el suelo.
Don Álvaro: Noche pálida y fría,
a tu silencio dignamente fía
mi esperanza su empleo,
mi amor su dicha, mi alma su trofeo;
pues en ti (aunque a pesar de tanta estrella) 5
dará más noble luz Maleca bella,
cuando redes y lazos
robada finja entre mis dulces brazos.
En alas del cuidado,
como a un cuarto de legua ya he llegado 10
de Galera. Esta parte
donde naturaleza obró sin arte
cerrados laberintos
de hojas, ni bien confusos ni distintos,
nocturno albergue sea 15
del caballo; y, pues, nadie hay que me vea,
quede a ese tronco atado,
más seguro a las riendas hoy fiado
un bruto, que al cuidado ayer de un hombre,
(Tropieza en Alcuzcuz.)
que… Mas no hay accidente que no asombre 20
un pecho enamorado.
Si bien este accidente
con justa causa mi valor le siente,
pues cuando al muro ya a acercarme empiezo,
en un cadáver mísero tropiezo. 25
Todo cuanto hoy he visto, todo cuanto
he hallado, es asombro, horror y espanto.
¡Ay infelice, ay triste,
oh tú, que monumento el monte hiciste!
Mas no… ¡Ay dichoso, oh tú, que con la muerte 30
mejoraste las ansias de tu suerte!
¡Con qué de sombras lucho!(Despierta Alcuzcuz.)
Fragmento de la obra
Edición de referencia: Madrid, Espasa Calpe, 1970, págs. 135-244.